Todos conocemos a la peligrosa viuda negra. Y no, no nos referimos a la superheroína de Marvel sino a ese pequeño arácnido negro con una mancha roja en el vientre. Pero, ¿es una de las arañas más mortíferas del mundo?
5 Viuda negra del sur (Latrodectus mactans)
Esta pequeña araña pertenece a la familia Theridiidae. Presentan un aspecto muy característico ya que poseen una marca roja con forma de reloj de arena en su abdomen. Los machos, que son considerablemente más pequeños que las hembras, suelen presentar marcas más pálidas y menos llamativas.
Esta especie de araña habita principalmente en el sudeste de los Estados Unidos, aunque también se han encontrado ejemplares en otras regiones de Norteamérica. Suele habitar en áreas cálidas y secas, como bosques, matorrales, pilas de leña, cobertizos, garajes, etc.
Como todas las arañas, la viuda negra es un animal carnívoro y suele alimentarse principalmente de grillos, moscas y escarabajos.
Esta especie de araña es famosa por presentar un comportamiento característico denominado "canibalismo sexual" que consiste en que, a menudo, la hembra devora a su compañero tras el apareamiento. La hembra utiliza el cuerpo del macho como fuente de alimento para realizar la puesta de sus huevos, de los cuales cuidará hasta que eclosionen.
El veneno de estas arañas es neurotóxico, es decir, afecta al sistema nervioso. La mordedura de la viuda negra provoca dolor intenso, rigidez muscular, calambres, náuseas, vómitos, sudoración y aumento de la presión arterial. En casos más graves, pueden producirse complicaciones neurológicas y dificultad respiratoria.
La mayor parte de las personas que han sufrido una mordedura de viuda negra se recuperan con el tratamiento adecuado, por lo que la mortalidad asociada a este tipo de mordeduras es extremadamente baja.
4 Araña violinista (Loxosceles rufescens)
La araña violinista posee un tamaño máximo de 20 milímetros de longitud. Pero que no te engañe su tamaño ya que es extremadamente venenosa. Este arácnido debe su nombre a la mancha en forma de violín que se encuentra en su cefalotórax.
Esta pequeña araña habita en zonas cálidas y secas. Suele buscar lugares oscuros para vivir, por lo que es posible encontrarlas en el interior de armarios u otros muebles. Aunque es de origen Mediterráneo, esta araña se ha extendido a otros lugares del mundo como Norteamérica, Australia, Madagascar y el Sudeste asiático.
El veneno de la araña violinista contiene una toxina llamada Sphingomyelinase D, que puede causar daño a los tejidos y tener efectos tóxicos en el sistema circulatorio. Las mordeduras de esta araña pueden provocar lesiones graves en los seres humanos y, en algunos casos, pueden ser potencialmente mortales. Las mordeduras de la araña violinista pueden provocar una condición conocida como loxoscelismo. Los síntomas pueden incluir dolor localizado, enrojecimiento, inflamación, ampollas, necrosis tisular y, en casos raros, complicaciones sistémicas. Ante una mordedura de araña violinista, se recomienda buscar atención médica de inmediato.
La araña violinista es considerada como la araña más venenosa de Europa.
3 Araña de la arena de seis ojos (Sicarius hahni)
Entramos en el podio con la araña de la arena de seis ojos (Sicarius hahni) que vive en regiones desérticas de América del Sur y África.
Estas arañas son de tamaño moderado, con una longitud corporal de alrededor de 1,5 centímetros. Presentan un color marrón claro o amarillento, lo que les permite camuflarse muy bien en la arena. Su nombre "seis ojos" se debe a que poseen tres pares de ojos dispuestos en forma de semicírculo en su cabeza.
Esta araña es conocida por su comportamiento nocturno y su hábito de enterrarse en la arena para cazar. Vive en madrigueras poco profundas que construye en el suelo arenoso, en las que se esconde para protegerse del calor y los depredadores.
El veneno de este arácnido es altamente tóxico y contiene enzimas que descomponen los tejidos. Su picadura puede ser dolorosa e induce una respuesta inflamatoria localizada en la piel. Si se toma contacto directo con la piel de la araña y se produce una mordedura, puede causar necrosis (muerte del tejido) en la zona afectada. En ese caso, es importante buscar atención médica de inmediato.
2 Araña embudo australiana (Atrax robustus)
La plata es para Atrax robustus, también conocida como la araña del embudo de Sídney. Esta especie de araña es altamente venenosa y habita en el sur de Australia, especialmente en la región de Sídney.
Posee un tamaño mediano, con una longitud corporal que puede alcanzar los 4 centímetros en el caso de las hembras, que son de mayor tamaño que los machos. Poseen un cuerpo robusto y peludo, de color marrón oscuro o negro, con manchas más claras en el dorso.
Son conocidas por sus características telas en forma de embudo, donde esperan pacientes a sus presas.
Esta araña produce un veneno muy potente que contiene una neurotoxina que afecta el sistema nervioso y puede ocasionar graves complicaciones. La picadura de esta araña puede provocar síntomas locales como dolor intenso, enrojecimiento, hinchazón y sudoración en el área afectada. Además, pueden presentarse síntomas sistémicos como dolor abdominal, náuseas, vómitos, dolor de cabeza, mareos y dificultad para respirar. En casos extremos, la picadura de esta araña puede causar la muerte de la víctima.
1 Araña errante brasileña (Phoneutria fera)
El oro, y la ganadora de este ranking, es para la araña errante de Brasil que habita en América del Sur. También se la conoce como araña bananera.
Esta araña posee un tamaño considerable ya que puede alcanzar los 15 centímetros de diámetro con las patas extendidas. Es de color marrón oscuro o negro y sus patas son delgadas y alargadas.
Son conocidas por su capacidad para moverse rápidamente y por mostrar un comportamiento agresivo cuando se sienten amenazadas.
El veneno de esta araña es extremadamente tóxico ya que posee una combinación de neurotoxinas que afectan el sistema nervioso y pueden causar una amplia gama de síntomas en los seres humanos.
Su picadura es extremadamente dolorosa y causa un cuadro sintomático que incluye inflamación localizada, enrojecimiento y sudoración. Además, puede provocar síntomas sistémicos, como aumento de la frecuencia cardíaca, hipertensión arterial, náuseas, vómitos, dolor abdominal, dificultad para respirar y, en casos más graves, puede causar convulsiones y paro cardíaco.
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