El cine nos ha mostrado a lo largo de la historia que la imaginación del ser humano para crear monstruos y criaturas extrañas es infinita. Sin embargo, como se suele decir, la realidad supera la ficción. Y es por eso por lo que no podíamos evitar hablar de los nudibranquios.
Características
Los nudibranquios (“branquias al desnudo”) pertenecen al filo de los moluscos (al igual que los pulpos, los mejillones, etc) y a la clase de los gasterópodos. Durante su historia evolutiva perdieron la concha, presentando de ese modo aspecto de babosa; por ello, se les conoce como babosas de mar.
Tamaño y peso
Existen más de 3.000 especies diferentes de nudibranquios, de las cuales algunas miden apenas unos milímetros. Sin embargo, otras llegan a alcanzar los 40 centímetros de longitud, como la bailarina española (Hexabranhus sanguineus).
Anatomía
Tienen el cuerpo no segmentado (no poseen divisiones a lo largo del cuerpo) y presentan simetría bilateral, es decir, al dividir el cuerpo del animal con un plano de simetría, éste queda dividido en dos partes iguales (izquierda y derecha); los distintos órganos del animal se pueden encontrar a ambos lados del cuerpo.
Presentan una cabeza diferenciada en la que se encuentran los órganos sensoriales (rinóforos). Además, poseen un pie bastante musculoso en la parte ventral que les permite desplazarse. En la zona anterior y ventral del cuerpo poseen una cavidad en forma de saco (saco radular) en la que se encuentra el aparato radular. Esto constituye la boca de los nudibranquios.
Los nudibranquios pueden sentirse orgullosos de ser las criaturas más variopintas del océano, ya que la gran variedad de formas y colores que presentan los convierte, sin duda, en algunas de las criaturas más apreciadas del reino animal. Algunos, incluso, pueden ser transparentes o bioluminiscentes. Y, por si fuera poco, existe un nudibranquio capaz de alimentarse mediante el proceso de fotosíntesis.
Podemos encontrar dos tipos principales de nudibranquios:
Los doriáceos poseen un manto extenso que les cubre todo el dorso y la cabeza. En la parte anterior podemos observar los órganos sensoriales o rinóforos, que parecen dos pequeños cuernos. Estas estructuras actúan como nariz. En la parte posterior del cuerpo podemos encontrar las branquias; éstas presentan una apariencia similar a unas plumas.
Los aeolidáceos presentan unas expansiones del manto en la parte dorsal del cuerpo. Se denominan ceras o ceratos y tienen una doble función: respiratoria y defensiva. Al igual que el grupo anterior, en la cabeza poseen los rinóforos.
Alimentación
Estos animales son carnívoros. Se alimentan principalmente de otros invertebrados, como las esponjas, o, incluso, de los huevos de otros nudibranquios.
Poseen una estructura en su boca denominada rádula, cuya principal función es la de “raspar” el alimento. La rádula presenta una serie de hileras longitudinales en las que se asientan unos pequeños dientes quitinosos.
Reproducción
Estos moluscos presentan hermafroditismo simultáneo. Esto quiere decir que poseen órganos sexuales masculinos y femeninos al mismo tiempo. Los nudibranquios no son animales ágiles ni rápidos, por lo que desplazarse para encontrar una pareja sexual puede ser una tarea tremendamente difícil. Cuando dos individuos se encuentran, supone una enorme ventaja el hecho de poder aparearse entre ellos sin que exista la limitación del sexo que presenten. Ambos miembros pueden poner huevos y fecundarlos de forma simultánea. En algunos casos, se puede dar la autofecundación, aunque no es algo muy común.
Hábitat y distribución
Los nudibranquios son animales bentónicos, es decir, habitan el fondo de los ecosistemas marinos, aunque algunas especies pueden ser pelágicas.
Normalmente viven sobre las rocas o, incluso, sobre el techo de las cuevas.
Aunque pueden vivir a grandes profundidades, prefieren habitar aguas cálidas y poco profundas.
Curiosidades
Técnicas de defensa
Los nudibranquios presentan una coloración aposemática. Los diseños y los colores llamativos buscan emitir un mensaje a los posibles depredadores: ¡soy tóxico! Aunque muchos nudibranquios son venenosos, no todos lo son. Estos últimos se benefician de “la fama” de los primeros para defenderse, ya que los animales que han sufrido una mala experiencia tratando de alimentarse de un nudibranquio venenoso, desistirán en su intento evitando a cualquier animal que se le parezca (eso incluye a todos los nudibranquios, venenosos o no). Esta técnica de camuflaje se conoce como mimetismo batesiano.
Otros nudibranquios pueden presentan espículas calcáreas para defenderse o, incluso, pueden llegar a desprenderse de una parte de su cuerpo tratando de huir (al igual que muchas especies de lagartijas). Algunos, además, pueden retraer los rinóforos y las branquias cuando se sienten amenzados.
Los nudibranquios son un ejemplo más de la enorme biodiversidad presente en nuestro planeta. Son un estímulo importante para cuidar nuestros océanos y para seguir disfrutando del buceo. La próxima vez que te pongas el neopreno, recuerda mirar atentamente entre las grietas y los corales y, sobre todo, disfruta de la experiencia conociendo a estos pequeños “aliens del mar”.
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