Megalodón

En algunas ocasiones la Criptozoología, que es la ciencia que se encarga del estudio de los animales ocultos o desconocidos, no tiene como objetivo tratar de averiguar si un animal existe o no. Por el contrario, en algunas ocasiones, su misión consiste en demostrar, o refutar, que un animal conocido que vivió en nuestro planeta hasta que, por algún motivo, se extinguió ha sido capaz de adaptarse y sobrevivir hasta nuestros días. Tal es el caso del gran Megalodón (Carcharocles megalodon), el escualo más grande que ha existido jamás.

¿Cómo era el Megalodón?

El Megalodón, al igual que sus parientes actuales, era un pez cartilaginoso. Por lo tanto, los únicos restos de este gran escualo que hemos podido encontrar a día de hoy, a excepción de unas pocas vértebras, son su enormes dientes que podían alcanzar los 18 cm. Si tenemos en cuenta la proporción entre los dientes y el cuerpo de los tiburones actuales, se puede estimar que el Megalodón medía, en promedio, unos 10 metros de longitud; si bien es cierto que, en algunas ocasiones, podía llegar a superar los 18 metros (más grande que el tiburón ballena, que es el tiburón actual de mayor tamaño). Además, se cree que su peso oscilaba entre las 12 y las 60 toneladas.

Se han utilizado diferentes técnicas a lo largo de la historia para estimar lo más correctamente posible el tamaño del gran Megalodón. El primer intento vino de la mano del profesor Bashford Dean en 1909, quien afirmó que este gran tiburón alcanzaba los 30 metros de longitud. Realizó una reconstrucción de la mandíbula del Megalodón y esta era tan grande que, dentro de ella, podían situarse de pie varios hombres adultos. Sin embargo, posteriormente se determinó que esta reconstrucción tenía muchos errores y se desechó. A día de hoy, los paleontólogos creen que las mandíbulas del Megalodón tenían un tamaño aproximado de 2 metros de un lado a otro y albergarían unos 276 dientes dispuestos en 5 hileras.

La mordedura del Megalodón es la más potente conocida hasta la fecha ya que podía ejercer una fuerza de entre 110.000 y 182.000 Newtons. Esto es algo considerable si lo comparamos con el animal actual con la mordedura más potente, el cocodrilo marino (Cocodrylus porosus), que puede ejercer una fuerza de 268 kg/cm², o lo que es lo mismo, 16.460 Newtons.

En cuanto a la apariencia del Megalodón, los científicos no se ponen de acuerdo sobre si éste se parecía más al actual tiburón blanco (Carcharodon carcharias) o al tiburón peregrino (Cetorhinus maximus), ambos pertenecientes al orden de los Lamniformes.

¿Cuándo vivió?

Este animal vivió en nuestros océanos durante el Cenozoico, más concretamente desde el Mioceno hasta el Plioceno, por lo que no coexistió con los dinosaurios. Se cree que se extinguieron hace aproximadamente 3,6 millones de años debido, muy posiblemente, al enfriamiento de los océanos y a la disminución de la cantidad de alimento disponible.

¿Dónde vivió?

El Megalodón era un animal que vivía en aguas cálidas, poco profundas (no más de 100 metros) y cercanas a la costa. Sin embargo, se cree que los ejemplares adultos y, por lo tanto, de mayor tamaño, preferían habitar en aguas de alta mar.

Además de las aguas costeras y las aguas profundas de alta mar, se le podía encontrar en lagunas costeras pantanosas, litorales arenosos y afloramientos costeros.

¿Cómo se alimentaba?

El Megalodón fue un superdepredador capaz de alimentarse de una gran cantidad de presas diferentes: delfines, ballenas, pinnípedos, tortugas marinas, etc.

Esto se ha demostrado en el hecho de que se han encontrado huesos de ballenas ancestrales con marcas de mordidas que concuerdan con las de un Megalodón. Además, se han encontrado dientes de Megalodón cerca de restos de otros mamíferos marinos.

Estos grandes escualos estaban en lo alto de la cadena alimenticia pero, aún así, debían competir por el alimento con otros animales, especialmente odontocetos carnívoros. Un ejemplo de ellos era el Livyatan melvillei, una especie de cachalote que podía medir entre 13 y 18 metros.

¿Cuándo y cómo se extinguió?

Aún no se sabe con certeza cuál fue el motivo que llevó a este gran escualo a la lista de animales extintos. Sin embargo, existen diferentes hipótesis al respecto:

• Por un lado, se cree que el enfriamiento del planeta pudo ser uno de los motivos que acabó con la existencia del Megalodón, ya que este era un animal que vivía principalmente en aguas templadas y/o cálidas.

• Otra de las hipótesis sugiere que las principales presas de las que se alimentaba emigraron a zonas más frías, dejando al Megalodón sin suficiente alimento para sobrevivir.

• El Megalodón se alimentaba principalmente de cetáceos, especialmente de las especies especies Piscobalaena nana y la Piscophoca pacifica. En algún momento, hace entre 5,3 y 2,5 millones de años, las poblaciones de ambas especies sufrieron una disminución bastante relevante, lo que provocó que el gran escualo se quedara sin su alimento habitual. El hecho de no encontrar un remplazo para su fuente de alimentación pudo ser otra de las causas que avocaron a este animal a la extinción.

Se calcula que este gran depredador se extinguió a finales del Plioceno, hace aproximadamente 3,6 millones de años.

¿Podrían seguir vivos en la actualidad?

Debemos admitir que la idea de que este animal siga viviendo actualmente en nuestros océanos es bastante atractiva. Sin embargo, debemos plantearnos de forma objetiva cuál es la probabilidad de que esto sea así. Y, la verdad, es que todo sugiere que, lamentablemente (o no), nunca veremos a uno de estos grandes escualos "pasearse" tranquilamente por las cálidas aguas del planeta Tierra.

Por un lado, recordemos que el gran Megalodón solía habitar aguas templadas y poco profundas. Una de las opciones que se barajan para explicar que nunca hayamos encontrado uno nadando tranquilamente por ahí es que viven a grandes profundidades. Esto, obviamente, no sería posible ya que la temperatura a esas profundidades es demasiado baja para permitir la supervivencia de este animal.

Por otro lado, un gran depredador como este necesitaría cantidades realmente grandes de alimento. ¿Realmente existe una población de cetáceos tan grande como para alimentar a una familia (como mínimo) de Megalodones? También se ha sugerido que estos animales podrían alimentarse de calamares gigantes; sin embargo, los calamares no tienen la suficiente cantidad de grasa como para alimentar a un gran Megalodón. Por otro lado, si realmente siguieran existiendo, ya habríamos encontrado restos de cetáceos u otros animales con restos de mordeduras de un gran depredador. Además, durante el forcejeo de la caza, los tiburones suelen perder piezas dentales o trozos de estas que quedan adheridas a la carne de sus presas; sin embargo, no hemos encontrado resto alguno de dientes de Megalodón que no se encuentren fosilizados.

A pesar de que todo indica que estos animales se extinguieron hace millones de años, hay gente que sigue afirmando haberse topado con alguno.

En el año 1872, los tripulantes del HMS Challenger, que era una corbeta perteneciente a la Marina Real británica, encontraron dos dientes de Megalodón que, supuestamente tenían solo entre 10.000 y 15.000 años de antigüedad. Esto se determinó teniendo en cuenta la cantidad de manganeso acumulada sobre ellos. Sin embargo, es muy probable que el manganeso se depositara sobre los dientes ya fosilizados, por lo que su origen sería mucho más antiguo y, por lo tanto, no existiría ninguna anomalía en la edad de los dientes.

Otro ejemplo, más actual, en el que se postulaba la idea de que se hubiera avistado un Megalodón es el siguiente. En 2021, un joven llamado Alex Albrecht viajaba a bordo del SSV Crowith Cramer cuando, de repente, consiguió captar en vídeo a un gran escualo nadando tranquilamente cerca de la embarcación. El barco se encontraba frente a la costa de Massachussets (Estados Unidos) y todos los pasajeros quedaron completamente atónitos ante tal espectáculo. El vídeo alcanzó rápidamente los 50 millones de visualizaciones en TikTok, pero lo que llama la atención es la gran cantidad de comentarios haciendo alusión a la posibilidad de que este animal misterioso sea el gran escualo perdido.

Lamentablemente, si se observa con atención el vídeo, se puede ver que lo más probable es que el descomunal pez sea, en realidad, un tiburón peregrino (Cetorhinus maximus).