TOP 5. Los animales más peligrosos del océano

A menudo nos preguntamos cuáles son los animales más peligrosos del mar; por lo tanto, Pecedex ha decidido hacer una lista con los 5 animales más mortíferos que podemos encontrar en los océanos, ya sea por su ferocidad o por su veneno:

5. Cocodrilo marino

En primer lugar, el cocodrilo marino (Crocodylus porosus) es el reptil más grande del planeta con una longitud que puede alcanzar los 7 metros; además, puede llegar a pesar hasta 1.500 Kg.

Aunque el cocodrilo vive en tierra firme, se adentra con gran frecuencia en el mar pudiendo llegar, incluso, a nadar a gran distancia.

Generalmente se le suele encontrar en los ríos y pantanos del este de la India, Sri Lanka, Bangladés, sur de Indochina, Malasia, Filipinas, Indonesia, Nueva Guinea y norte de Australia. Generalmente vive cerca de la costa y se adentra en el mar para alimentarse.

Además, pueden comer cualquier tipo de animal. Atrapan a sus presas con sus grandes fauces y ejercen una gran presión al cerrar la mandíbula (es más, los cocodrilos poseen la mordedura más potente que existe en la actualidad). Zarandean a sus presas para romperles el cuello o giran sobre si mismos para ahogarlas.

Estos cocodrilos son los autores de varios ataques al año a seres humanos. Llegaron a protagonizar la famosa matanza de 1945, ocurrida en Birmania, en la que casi 1.000 soldados japoneses fueron devorados en una sola noche por estos cocodrilos cuando atravesaban una zona pantanosa tratando de escapar de las tropas británicas.

4. Serpiente marina

Aunque pueda parecer que las serpientes son animales terrestres, existe un grupo de serpientes conocido como “serpientes marinas” que habitan la mayor parte de su vida, o incluso su totalidad, en el mar. Este grupo incluye a las serpientes más venenosas del planeta, pero hay una en particular que posee el veneno más potente: la serpiente marina picuda (Enhydrina schistosa).

Suelen medir entre 1 - 1,5 metros, aunque existen especies que pueden llegar a medir hasta 3 metros de longitud.

Podemos encontrarlas en las zonas tropicales del Indo-Pacífico, cerca de la costa. Como cualquier serpiente necesitan estar en la superficie para respirar, aunque algunas han desarrollado adaptaciones que las permiten respirar a través de la piel. Además, pueden sumergirse hasta los 100 metros de profundidad y permanecer bajo el agua hasta 5 horas antes de subir a la superficie a tomar aire.

Poseen el veneno más potente de todas las serpientes, siendo este, además, ocho veces más potente que el de una cobra. La serpiente marina picuda puede inocular veneno suficiente en una sola mordedura para acabar con la vida de unas 50 personas. De hecho, la mayor parte de las muertes producidas por serpientes marinas son provocadas por esta especie en concreto.

3. Pulpo de anillos azules

El cuarto de los animales de esta lista pertenece al género Hapalochlaena y es muy pequeño; es más, mide apenas unos centímetros, aunque puede extenderse hasta los 20 cm para atrapar a sus presas. Pero no hay que dejarse engañar por su tamaño, ya que posee una de las toxinas mas potentes que existen. Además, no existe antídoto para su veneno.

Son muy flexibles, muy rápidos y poseen una coloración muy característica. Suelen ser amarillos, aunque puede variar a tonos marrones o crema. Sin embargo, su característica más llamativa son los anillos azulados que recorren su cuerpo; éstos no cambian de color, aunque el pulpo modifique su aspecto para camuflarse con el entorno.

Son tremendamente agresivos y territoriales, por lo que no es conveniente acercarse a su hábitat.

Un solo pulpo posee una cantidad de veneno suficiente para matar a unas 20 personas. Éste es producido en la boca del animal por unas bacterias presentes en ella, siendo una de las moléculas que lo componen la tetrodotoxina, que causa parálisis. Para poder inocular su veneno, el pulpo de anillos azules tiene que morder a su presa.

Podemos encontrar a estos cefalópodos en los arrecifes de coral del Océano Pacífico e Índico. Como la mayoría de los pulpos, suelen vivir escondidos entre las rocas; además, son capaces de variar su color en función de su estado de ánimo o actividad, así como para camuflarse.

2. Tiburón blanco

No podía faltar en esta lista el rey de los tiburones: el gran tiburón blanco (Carcharodon carcharias). A la mayoría de nosotros nos resultará familiar por la gran cantidad de películas en las que hemos podido ver a este escualo persiguiendo y devorando a cientos de bañistas.

Este animal puede llegar a medir hasta 6,5 metros, aunque muchos aseguran que pueden llegar a medir más. Sus grandes fauces pueden albergar hasta 3.000 dientes a la vez, que va renovando periódicamente.

Se les puede encontrar en todas las aguas costeras templadas del mundo; esto incluye el Mediterráneo, la costa de EE.UU, América del Sur, Australia, Japón, etc.

El número anual de ataques de tiburón está directamente relacionado con la variación de población humana. Debido a esto, siempre se va a registrar un mayor número de ataques en zonas más pobladas. Aunque hay que destacar que el número de ataques ha disminuido en los últimos años.

1. Avispa de mar

Por último, nos encontramos con el animal más venenoso del mundo. La avispa de mar (Chironex fleckeri) puede matar a una persona solo con tocarla; es más, el veneno de esta medusa es tan potente que con solo 1,4 mg puede acabar con la vida de un ser humano en unos cinco minutos. El veneno presente en una sola avispa de mar podría acabar con la vida de unas cincuenta personas.

El cuerpo de esta medusa tiene forma cúbica y sus tentáculos pueden extenderse hasta los 3 metros de longitud; en ellos, posee hasta cinco mil cnidocitos, que son los encargados de inyectar su veneno.

Podemos encontrar a esta especie de medusa en los mares de Australia y algunas áreas de la región Indo-Pacífica.

Finalmente, cabe destacar que, aunque existan animales peligrosos en el océano, los buceadores disponemos de muchas estrategias para evitar una situación peligrosa. También debemos entender que bucear de manera consciente y respetuosa es importantísimo para poder disfrutar plenamente del mar. Cuanto menos intervengamos en un área, menos alteraremos a estos animales, disminuyendo notablemente el riesgo de sufrir un ataque.